Iluminación adecuada:
- Utiliza luz natural siempre que sea posible. La luz natural suave y difusa es ideal para resaltar los detalles del tatuaje.
- Si estás en un entorno interior, utiliza luz suave y difusa, como la de una ventana o una lámpara de estudio con difusores.
- Evita la luz directa del sol o luces duras que puedan crear sombras no deseadas.
Fondo neutral:
- Coloca el tatuaje sobre un fondo neutro y sin distracciones. Un fondo blanco o negro suelen funcionar bien para resaltar el tatuaje.
Estabilidad
- Utiliza un trípode para evitar que la cámara se mueva y para mantener la imagen nítida.
Enfoque:
- Asegúrate de que el tatuaje esté bien enfocado. Utiliza el enfoque automático o manual de tu cámara para lograr la nitidez adecuada.
Perspectiva:
- Captura el tatuaje desde diferentes ángulos y perspectivas para mostrar todos los detalles y las curvas.
Distancia focal:
- Experimenta con diferentes distancias focales para encontrar la que mejor resalte el tatuaje. Una lente macro o un objetivo con capacidad de enfoque cercano puede ser útil para capturar los detalles.
Profundidad de campo:
- Controla la apertura de tu lente para ajustar la profundidad de campo. Una apertura amplia (f/2.8 o f/4) puede crear un efecto bokeh que hace que el tatuaje resalte contra un fondo difuminado.
Uso de un reflector:
- Un reflector puede ser útil para suavizar las sombras y resaltar los detalles del tatuaje. Puedes utilizar un reflector blanco o plateado para rellenar la luz.
Postprocesamiento:
- Después de tomar la foto, puedes retocarla ligeramente utilizando software de edición de imágenes como Adobe Photoshop o Lightroom. Ajusta el contraste, la exposición y la saturación si es necesario, pero no exageres para que la imagen siga siendo fiel al tatuaje original.
Limpieza y preparación:
- Antes de tomar la foto, asegúrate de que el tatuaje esté limpio y bien cuidado. Elimina cualquier residuo de loción o sangre que pueda haber quedado después del proceso de tatuaje.